Los caldos cartagneros, que ya gozaban de merecida fama hacia el siglo II (d.C.), cuando ya eran enmarcados en ánforas hacia la ciudad eterna en concepto de tributo, prueba fehaciente de ello, con algunos restos de ánforas encontradas en las inmediaciones del puerto de Cartagena y la colina artificial "Monte Testacio", hecha de pequeños restos de ánforas, que una y otra vez, se rompían durante el transporte por el río Tíber, de los barcos procedentes de España
Son los vinos cartageneros unos caldos dorados (de "ojo de perdiz" en la denominación lugareña) y ambarinos con el sabor de fruta fresca, redondos, de una acidez media y elevada graduación alcohólica (15 a 16º generalmente) que presentan el "bouquel" característico de la uva "meseguera" que extrae de las resecas tierras del Campo de Cartagena los extractos necesarios para dar unas variedades aromáticas de acusada personalidad.
Es por ello y por su elaboración artesanal, por lo que los caldos cartageneros son todavía vinos vírgenes, que no han conocido el corcho apretado de la botella ni etiqueta que indique su lugar de procedencia. Es un vino que no se filtra, sino que se clarifica por decantación natural, por lo que con frecuencia presenta precipitación
. Es un vino al que alguien ha denominado de como vino de "pecho descubierto", y al que los cartageneros conocen cariñosamente con el sobrenombre de vino del Plan.
La escasez de lluvia, la poca rentabilidad y otras circunstancias, hacen que los viñedos del campo cartagenero vayan desapareciendo. pero el entusiasmo de los aproximadamente 40 cosecheros, que año tras año convierten el fruto de sus viñas en algo irrepetible, hizo que por fin se haya podido conseguir este deseado vino, aprisionándolo en un recipiente y con un tapón que limita su libertad, y que en una serie, reducida y numerada, hacen el deleite de coleccionistas y amantes del vino.
Turismo de Cartagena
En las tierras de secano de Pozo Estrecho es donde más se extiende el cultivo de la vid
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